lunes, 13 de febrero de 2012

Hablo de ti


“-Yo he acostumbrado a considerar que
 la poesía alimenta al amor- dijo Darcy”.
Jane Austen – Orgullo y prejuicio

Te escribo a ti porque me faltas
Y porque ya casi no me aguanto
Ni la triste fatalidad de respirar.
Esa condena estúpida de convertir
El oxígeno en dióxido de carbono,
Aunque hay quienes lo consideran
Un admirable talento
Para mí solo es otra de tantas,
Tantas formas de extrañarte.

Llenando el mundo de mi dióxido
Como si fuera mi nostalgia
Que se materializa en gas tóxico.

Te escribo porque respiro,
Es decir, te extraño
Porque les ruego a mis manos
Dejen de reclamarme por qué
Ya no están las tuyas
Porque mis manos gritan
Gritan llagas en mi necesidad
Absurda y abandonada
A la única salida que existe para mí:
Tus ojos.

Te escribo porque las llagas
Ya no me dejan vivir,
Porque vivo para escribir
Y más que escribir, escribirte a ti.
Y con las llagas, claro está,
Que me duele escribir
Casi tanto como respirar, o sea,
Casi como extrañar.
Y me abandono solo y triste
A mi agonía, que tiene nombre
Y es dióxido de carbono , que
Por supuesto se camufla
En mi pausado y doliente respirar
Y me mancha la voz
Con un quejío gruñido al hablar.

Te escribo de tanto hablar
Porque quejío y todo,
Y aunque me duela respirar
Siempre me acostumbraste a hablarte.
Y ahora que respiro y duele,
O sea, extraño, ahora
Ya no puedo detenerme, así quiera.
Hablar y hablar, hablar de ti
Porque el dióxido me lo pide
Porque mi voz me invita
A agonizar como un lunático
Inhalando y exhalando.

Como si el mundo se perdiera
En mi conversación inconsistente
Conmigo mismo, pero de ti… Siempre.

Y es cierto, siempre he escrito
Por soledad y por lunático,
Pero es que la soledad me mata
Como matan a muchos
El olvido y el fracaso.
Mi talón de Aquiles es el amor
Que a veces duele con olvido
Y otras con fracaso.

Te escribo por solo
Y a veces por lunático,
Otras por patético.
Y puede ser que ya así
Con tanta llaga en las manos
El lápiz ya no me hace caso,
O solo ya se dio cuenta, al fin,
Que escribo por solo y terminal
Y ya no quiere que parezca
Tan intoxicado.

Te escribo porque te necesito
En este cuerpo minusválido,
Neurótico y colérico.
Con esta fiebre que da al alma
La intoxicación por nostalgia.

Te escribo porque me faltas
Porque en mi obsesión por ti,
Ya he hablado vida y media de ti misma.
Y en mi afán de llenar el mundo de ti
Lo estoy colmando de gas tóxico
Por mi respiro tan doliente
De la fiebre ya intranquilo.

Me abandono al gas tóxico
Mientras agonizante te escribo.
Porque solo, lunático y perdido
Me ahogo siempre y te bendigo.


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL