martes, 2 de octubre de 2012

TERROR NOCTURNO


Duermo rodeado de demonios
Observándome 
             quietos
Al margen de mi naufragio.

Son las sombras desquiciadas
               En mis manos.
Son las voces del diablo
               Reclamándome.

Y me devoran
Con sus manos putrefactas.

Me contemplan
Como querubines
                 Sangrar.




ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL
                 
                02-10-2012

martes, 18 de septiembre de 2012

GÁRGOLAS

Hoy la honestidad sufre
  de los abismos 
en el plumaje roto
  de tus alas tristes.

Y despiertan
los gigantes carnívoros
de la agonía
que gotea
     desde el infierno.

Mi ciudad está en llamas
   Y yo me dejo caer.
Mi ciudad está en llamas
   Y yo me dejo caer.

18/09/2012


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

domingo, 2 de septiembre de 2012

COMBUSTIÓN ESPONTANEA



Somos gritos desolados
En las salas de partos,
Devorados por alguna agonía
En los cortes de luz.

Somos luz intermitente
Llena de rincones oscuros.

Somos la pasión
De todo vicio enfermo.
Somos el borde romo
De toda angustia.

Somos verdades oscuras
Que sufren de abismos,
Somos verdades oscuras
Sin lugar,
Somos verdades oscuras
Resbalando en los lavabos.

Somos cuerpos que caminan solos.

03/09/2012


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

domingo, 26 de agosto de 2012

REALIDAD


I
Estoy hecho
De fuego,
Estoy hecho
De cenizas,
Estoy hecho
De frío.
Estoy hecho
De metales sucios
Estoy hecho
De huracanes
Estoy hecho
De ríos
Estoy hecho
De agonía.

II
Fui dios de mi derrota.
Rendí culto a las ratas
Perturbado por las hordas insanas
De antropófagos ardientes
Rugiendo eternamente:
¡Shiva, el destructor!
¡Congrega mil ejércitos!
¡Shiva, el creador!
¡Derrama mil mares de ácidos hirvientes!
¡Shiva, el preservador!
¡Desintegra el porvenir!
¡Leviatan! ¡Leviatan! ¡Leviatan!
Tu ofrenda:
Mil soledades.

III
Hojas caídas que
Navegan en ríos y riachuelos,
Se pierden por siempre
En el bosque más oscuro.

¡Ventanas cubiertas de maleza!

Víctimas de la ruina
De algún fantasma
Que se cola en la cama,
Que adora el calor
Entre las cobijas.

IV
¡Diosa de la tormenta, calma!

Estoy atado
A esta tortura helada.
Al silencio de mi ansiedad.
A la convulsión de mi soledad.

V
Se derrumban con dolor
Los techos durante
El holocausto, ofrenda encendida
De olor grato para Jehová.

Caen al piso
Sin control
Caen al piso
Sin esperanza
¡Y caen al piso
Todos los santos!

Y caigo eternamente
Como mil retazos
Del poema más hermoso.

23/08/2012


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

martes, 17 de julio de 2012

DE MIEDO INFANTIL


De niño orinaba en la cama
Por las noches.
Soñaba que me inundaba
Y flotaba en mares interminables.

Era cálido el olvido.
¡Oh, oscuro mar de mi tormento!
Abrígame hoy como ayer.

De niño mojaba la piyama
Al dormir
Con una pequeña lámpara
De la Virgen María
Sosteniendo
Una rosa blanca
Como mis desesperos.

De niño siempre apestaba
Al despertar.
Entre amonio y represión emocional
Mi Escila y mi Caribdis.

Miles de sueños perdí
En  inundaciones indescriptibles.
De niño moría ahogado
En mis pesadillas.

¡Oh, poderosas aguas
Que ayer devoraron mi descanso!
Devórenme a mí también.

Hoy me entrego a su agonía
De miedo infantil
Hoy me arrojo a su voluntad.

17/07/2012


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

miércoles, 4 de julio de 2012

MONSTRUO CITADINO


Caminaba por las calles
De una terrible ciudad.
Solitario y abnegado
A la convención social,
Cuando oí el clamor
De un metal sucio que
Evocaba el rugir de una bestia.

Un monstruo
De ojos cristalinos y ausentes.
De coraza impenetrable
Y de fauces insaciables.


Nos tragó con la ansiedad de un cetáceo
Cual kril
De 100 en 100
Entramos.

Era una bestia de estomago profundo,
Al cual todos fuimos arrojados
Con desprecio y humillación.

Dentro del monstruo
Ruge su metal eternamente.
Dentro del monstruo
Sollozan miles de guerreros derrotados.
Dentro del monstruo
Todos somos prisioneros del metal y del humo.


Me senté
Cuando empezó
El lamento doliente
De mil ángeles desplumados,
Atosigado por el demonio
Que acosaba a los prisioneros;
Deseando nuestros centavos,
Demandando nuestros centavos,
Necesitando nuestros centavos con el antojo vicioso de un adicto.

La desesperación.

La bestia estaba enferma,
En su cerebro un prión,
Maquinista descontrolado
Embriagado
De calor.
Decidí escapar,
El estomago de la bestia rebozaba en soledad.
Empecé a maquinar.
Saqué la espada que esperaba
En mi poemario y salté contra
La bestia. Escapé.
Y como yo miles de soledades más.

Todos somos monstruos
Llenos de soledad.


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

miércoles, 20 de junio de 2012

CARTAS DE GUERRA/1ª A SATANÁS



¡Pape Satán, Pape Satán Aleppe!

El problema en esta guerra
Son las guerrillas tan chicas
Que si nos dispararnos entre nosotros
Ya solo quedamos tres.

¡Pape Satán, Pape Satán Aleppe!

Mi padre solloza a los pies de Plutón,
Que al mismo Satán evoca.
Los cuervos negros de la tormenta
Han dado ya el trompetazo.

¡Pape Satán, Pape Satán Aleppe!

Mis manos tiemblan sin control
Ante la siempre eterna lluvia,
El cantico hirviente de mil y una
Lágrimas de sangre,
Siempre tan violentas.

¡Pape Satán, Pape Satán Aleppe!



ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

martes, 8 de mayo de 2012

DÍAS DE GUERRA

Recuerdo los días de andar por la calle,
De la ligera despreocupación, 
Los versos entre las esquinas
Que jamás nadie escuchará.
Que se caían en mis pasos
De apresurado andar.


No me dejes solo en las calles
Donde te pensaba en cada paso.
Donde era tu amor y tu suspiro
Lo que me mantenía vivo en la tormenta.
En la discordia de los ventarrones
Que chocan en mi rostro al andar.


No me dejes en la guerra 
Eternamente violenta
Del amor y el mundo.
En la calle que era hermosa
Entre el bombardeo y los transeuntes.
Donde se perdía la poesía en soledad 
Entre disparos y casquetes
Entre flores amarillas y rojas.
Entre amor y violencia.


Yo solo te pedía que me acompañes,
Que me lleves de la mano
En la solemnidad de tu cabello rizado
Que me enseñes del amor 
Las armas y los disparos.


Nos perdíamos en el mundo,
En la melancolía de la oscuridad
De las calles, de los besos, de mi.
Y violentabamos esas mismas oscuridades
Juntos en la sublime lucha,
En el fuego de respuesta.


No olvides las armas
Ahora que el mundo dispara.
No bajes las armas, no
Frente a la tormenta que se avecina
No me dejes solo en la guerra, por favor.


Pues si logramos la victoria
El sueño de la paz habrá llegado
Y la calma y el descanso a tu lado
Dejarán sus quimeras atrás,
Ya no serán mas ilusiones,
Espejismos lejanos del campo de batalla.


Amame en la violencia insana
De esta tribulación maldita.
Enseñame el camino entre las armas
Al sueño de posguerra
Al descanso junto a ti.


Y recuerdame entre esas calles
En las que mi poesía se regaba
Para acompañar la soledad implacable
De mis botas, de mis pasos, de mi.


Recuerdame en la posguerra
En el descanso apasible
En la eternidad del amor.


No me permitas morir
Sin mi cuaderno, sin tinta,
Sin poesía y sin ti. 


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

lunes, 30 de abril de 2012

RELOJ DE CALLE


Ya no queda nada amigo, Hemingway.
Ya no queda nada aquí
Para ti, para mí,
Para ninguno de los dos.
Ya no queda nada más aquí.

Ya no alcanza nada en la poesía.
El mundo ahora está lleno
Por todas partes de pornografía.

Hay días en los que llorar
Es solo otra manera de sobrevivir,
Hay otros en los que es solo
Una de tantas desilusiones.

Como los pétalos tristes
Que caen muertos
Despojados de la belleza
De su rosa.

Las calles son las venas
Por las que corren mis orinas
Infectadas con toda esa prosa
Esa prosa inerte
Que corre por mis venas
Como corren por la calle
Mis orinas.

Déjame que te diga,
Que eso de que el hombre
Puede ser destruido,
Pero no derrotado
Es una falacia.

Hay veces que inclusive,
Es peor
Y pueden ser ambas
Al mismo tiempo.

¿En qué se fijan, hoy por hoy
Los poetas para escribir?
Cuál es la habilidad
Que nos hace creer
Que de nuestras manos
La lírica que nazca
Es perfecta y hermosa.
No lo sé.

Somos todos juntos
Una nueva raza de seres
Cobardísimos valentones.
Somos todos juntos
Toneladas de derrumbes
En fila india, siempre.

Ya no hay nada para mí,
Hemingway,
Ya no hay nada más allá
Te digo,
Ya no hay más camino.

Hay días en los que me supera
El derrumbe de todo el mundo.
Y es demasiado rápido para mí.

Hay días así de atroces
En los que le tengo miedo a la niebla.
Pretendo huir de ella, siempre.
Hay tiempos en los que soy muy lábil
A mi hijueputa soledad.
Como los  momentos breves
Pero a la vez tan eternos
En los que tuve claustrofobia
Encerrado en un automóvil.
Esos en los que no puedes gritar.

Nada funciona ya.
Ni las llaves de la casa
Ni el teclado,
Ya ni el chocolate sirve para nada.

Hay veces que me siento derrumbar.
En los que es el solo y barato
Reloj de a dólar, de medio pelo.
Lo único que funciona en mí.
Y me aferro a él tan fuerte
Como si fuese una bolla
Y no quisiera ahogarme,
Me aferro a él,
Lo amo.
Si no estuviera él
Absolutamente nada en mí
Funcionaría.

No funciona nada ya,
Solo este reloj de mierda,
De medio pelo.

Ya no queda nada para mí,
Hemingway,
Ni el ron, ni la ebriedad.


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL 

domingo, 29 de abril de 2012

DE AHOGOS


Resulta ser que de repente la poesía no alimenta al alma, ni al corazón, ni al amor ni a nada.
Resulta ser que solo los cerdos se alimentan de la porquería de mis palabras.
Resulta ser que hoy por hoy ya no somos nada los poetas.
Resulta ser.

Resulta ser que las palabras hoy ya no son más que mierda y de la más apestosa.
Resulta ser que uno vomita, no de indigestión, de no pertenecer.
Resluta ser que ya no hay nada en ningún lado.
Resulta ser.

Resulta ser que no soy, que no seré, que no puedo ser.
Resulta ser que las calles están llenas de baches que están llenos de saliva.
Resulta ser que las palabras necesitan litros y litros de saliva.
Resulta ser.

Resulta ser que los poetas hoy en día somos idiotas.
Resulta ser que ya no importa nada.
Resulta ser que la llaga pide alcohol, que el alcohol pide amargura y la amargura no pide fuerza.
Resulta ser.

Resulta ser que  para hablar uno necesita litros de saliva,
Resulta ser que las calles están llenas de baches que están llenos de saliva.
Resulta ser que los poetas hoy en día somos idiotas.
Resulta ser que a veces, uno se ahoga en su propia saliva.


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

VÓMITO Y SOLEDAD

Querido Mariscal Sucre
De mis consideraciones:
No hace falta que te diga
Que hacen más de 90 días 
Que ya no fumo,
He vomitado en ese tiempo
Más de 3 o 4 veces
En esta ciudad de mierda,
Ciudad de Quito.

Querido Mariscal,
Tú que siempre estas
Mirando con tus ojos de piedra
Dime qué silencios me recubren.

Vamos Sucre, amigo,
Dime de qué me he perdido,
Para dónde está el Cayambe
Y hacia dónde me estoy yo.

Dime por qué parques
He de deambular ahora
Que ando solo por ahí
Sin nicotina ni el etanol
Que rara vez, rara vez
Me intoxica.

Dime a dónde voy
Sucre, compañero,
Dime dónde me quedo.

Mirame a los ojos 
Y dime
Qué pecados estoy pagando
Yo que soy santo
En la eternidad 
De mi poesía.


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

lunes, 23 de abril de 2012

CALLE "DE LOS SUSPIROS"

No te alarmes, nena,
Si de rato en rato me ves
Abstraído del mundo. A veces,
Necesito huir un poco de él.


No te asustes, no corras.
Que si me aferro a mis rodillas
Es solo porque así el pecho
No se infla tanto, no explota.


Llevame de regreso, en cambio.
A esas cuadras tan lindas
Por las que caminabamos
Bajo la lluvia o sobre nada.


Llevame a pasear por esa calle
Que nos conducía al café,
Al helado para dos.
Al cigarrillo en silencio.


Quiero verte de nuevo aquí,
En mi calle "De los Suspiros".
En mi bulevar de ilusiones.
Llevame de vuelta contigo.


No te alarmes hoy, por favor.
Si me cuesta un poco respirar.
El aire siempre fue más ligero
Cuando hubo tu mano y farol.


Hoy que extraño tanto esa mano
No me dejes solo en la tribulación,
En la tentación constante que es
Para mi el desequilibrio.


El abismo, la caída, el suelo.
Soy tan volátil al "Adiós".




ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

lunes, 16 de abril de 2012

CUANDO VOMITAS Y NO HAY NADIE PARA AYUDARTE

Vomita Nietzsche sobre el vómito de Sartre sobre el vómito de Bacunin sobre el vómito de Voltaire sobre el vómito de Sócrates sobre el vómito de Dios sobre el vómito del mismo Satanás.
Y vomito yo también de la náusea de la raza humana, como vomitan todos los poetas sobre el mundo de hoy, y vomitamos locos y frenéticos del odio y la desesperación. Vomito hoy yo y mañana vomitarás tú sobre mi vómito como una cadena de nausea furibunda incansable y perdurante en todas las generaciones.
Y hoy, yo danzaré sobre el vómito putrefacto de nuestros padres y sus liendres comiéndolo, sus liendres alimentandose de esta imparable porquería generacional.
Llevo las botas embarradas de la porquería que sale de las fauces de los hombres u salpica en mi danza victoriosa sobre la asquerosidad de lo profano.
Quiero dominar la obscenidad de la herrumbre que hoy nace de la ira en mi corazón y llamarla mi don y talento. Infectarme en todas las heridas con el agua servida más sucia de mis ciudades y beber hasta la última gota de la sangre asquerosa de sidosos y sifiíticos, intoxicarme la vida con lo más horrible de este mundo tan horrible hasta acabar con mi último poco de cristal que reluce y ser como las ratas la pesque infecte al mundo con mi poesía así de tóxica, siempre.
Danzaré alegre sobre el vómito de sus corazones y el de sus padres e hijos, alegre en mi decadencia embarrado de la porquería de toda una historia humana asquerosa. 
Hoy me acostaré feliz sobre los gritos de los corazones que mueren pisoteados y se ahogan en su vómito universal de todos esos hombres destrozados que mueren desmembrados en todas las esquinas de esta PUTA CIUDAD.
Hoy me regocijo en el dolor de los creyentes y en la sangre de los pacientes que mueren goteando su dolor así, poquito a poquito en la tribulación de su triste y gonorréica realidad.
Vomitaré mis letanías sobre los padres de los padres y sobre Dios y los ángeles. Suplicando verdad en mis ojos arenosos que no soportan un día más de realidad intransigente.
Danzaré feliz sobre la porquería humana destrozando del amor las sonrisas a pisotones despiadados y destruiré del mundo los cristales de las vitrinas que protegen a tantos maniquíes deshuesados que se esconden detrás de sus miradas auto indulgentes. MIS BOLAS A LA AUTO INDULGENCIA.
¡CERDOS! Mil millones de cuerpos inhertes de cerdos sangrantes lluevan sobre mi porvenir.
¡ODIO! a la raza humana entera.
Hoy danzaré sobre sus nombres, imaginando sus rostros asquerosos mientras vomito incesantemente sobre TODOS USTEDES inclemente y descontrolado.

Hoy voy a perder el control, nena.



ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL


pd: Un pequeño poema tóxico que escribí para el cumpleaños de mi mejor amigo Pedro Matías Paez. Haced esto en conmemoración suya.

domingo, 15 de abril de 2012

CIUDAD DE LO PROFANO

Ciudad de Quito, ciudad de mierda
Con tus calles llenas de basura
Ciudad de mierda,
¿Por qué tus parques
Están llenos de mierda de perro?
De humanos petulantes,
De fríos ignorantes
Ciudad de mierda, ciudad podrida
Dime por qué estoy lleno de mortinatos,
Por qué las esquinas de los brujos
Hoy están tan vacías.
Ciudad de quito, ciudad de porquería
¿Dónde dejaste esas calles
Horribles y perdidas
Sobre las que mi generación
De la papa toxica corría?
Corría y se embriagaba, Quito,
Ciudad de mierda,
Para tolerar tu insuficiencia,
Tu escases.
Dime por qué cuadras
Se esconden tus prostitutas.
Detrás de qué contenedores 
Duermen los cuerpos inhertes.
Ciudad de Quito, ciudad asquerosa
¿Cuántos de tus transeúntes
Te arrojan basura?
¿Cuánta basura
Te arroja transeúntes?
Cuidad de mierda,
Te maldigo en mi sueño,
Te profano en mi vigilia.
Porque en tus calles llenas de mierda
Me pongo bien mis botas
Y sobrevivo al día a día.



ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL

lunes, 13 de febrero de 2012

Hablo de ti


“-Yo he acostumbrado a considerar que
 la poesía alimenta al amor- dijo Darcy”.
Jane Austen – Orgullo y prejuicio

Te escribo a ti porque me faltas
Y porque ya casi no me aguanto
Ni la triste fatalidad de respirar.
Esa condena estúpida de convertir
El oxígeno en dióxido de carbono,
Aunque hay quienes lo consideran
Un admirable talento
Para mí solo es otra de tantas,
Tantas formas de extrañarte.

Llenando el mundo de mi dióxido
Como si fuera mi nostalgia
Que se materializa en gas tóxico.

Te escribo porque respiro,
Es decir, te extraño
Porque les ruego a mis manos
Dejen de reclamarme por qué
Ya no están las tuyas
Porque mis manos gritan
Gritan llagas en mi necesidad
Absurda y abandonada
A la única salida que existe para mí:
Tus ojos.

Te escribo porque las llagas
Ya no me dejan vivir,
Porque vivo para escribir
Y más que escribir, escribirte a ti.
Y con las llagas, claro está,
Que me duele escribir
Casi tanto como respirar, o sea,
Casi como extrañar.
Y me abandono solo y triste
A mi agonía, que tiene nombre
Y es dióxido de carbono , que
Por supuesto se camufla
En mi pausado y doliente respirar
Y me mancha la voz
Con un quejío gruñido al hablar.

Te escribo de tanto hablar
Porque quejío y todo,
Y aunque me duela respirar
Siempre me acostumbraste a hablarte.
Y ahora que respiro y duele,
O sea, extraño, ahora
Ya no puedo detenerme, así quiera.
Hablar y hablar, hablar de ti
Porque el dióxido me lo pide
Porque mi voz me invita
A agonizar como un lunático
Inhalando y exhalando.

Como si el mundo se perdiera
En mi conversación inconsistente
Conmigo mismo, pero de ti… Siempre.

Y es cierto, siempre he escrito
Por soledad y por lunático,
Pero es que la soledad me mata
Como matan a muchos
El olvido y el fracaso.
Mi talón de Aquiles es el amor
Que a veces duele con olvido
Y otras con fracaso.

Te escribo por solo
Y a veces por lunático,
Otras por patético.
Y puede ser que ya así
Con tanta llaga en las manos
El lápiz ya no me hace caso,
O solo ya se dio cuenta, al fin,
Que escribo por solo y terminal
Y ya no quiere que parezca
Tan intoxicado.

Te escribo porque te necesito
En este cuerpo minusválido,
Neurótico y colérico.
Con esta fiebre que da al alma
La intoxicación por nostalgia.

Te escribo porque me faltas
Porque en mi obsesión por ti,
Ya he hablado vida y media de ti misma.
Y en mi afán de llenar el mundo de ti
Lo estoy colmando de gas tóxico
Por mi respiro tan doliente
De la fiebre ya intranquilo.

Me abandono al gas tóxico
Mientras agonizante te escribo.
Porque solo, lunático y perdido
Me ahogo siempre y te bendigo.


ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL