lunes, 16 de abril de 2012

CUANDO VOMITAS Y NO HAY NADIE PARA AYUDARTE

Vomita Nietzsche sobre el vómito de Sartre sobre el vómito de Bacunin sobre el vómito de Voltaire sobre el vómito de Sócrates sobre el vómito de Dios sobre el vómito del mismo Satanás.
Y vomito yo también de la náusea de la raza humana, como vomitan todos los poetas sobre el mundo de hoy, y vomitamos locos y frenéticos del odio y la desesperación. Vomito hoy yo y mañana vomitarás tú sobre mi vómito como una cadena de nausea furibunda incansable y perdurante en todas las generaciones.
Y hoy, yo danzaré sobre el vómito putrefacto de nuestros padres y sus liendres comiéndolo, sus liendres alimentandose de esta imparable porquería generacional.
Llevo las botas embarradas de la porquería que sale de las fauces de los hombres u salpica en mi danza victoriosa sobre la asquerosidad de lo profano.
Quiero dominar la obscenidad de la herrumbre que hoy nace de la ira en mi corazón y llamarla mi don y talento. Infectarme en todas las heridas con el agua servida más sucia de mis ciudades y beber hasta la última gota de la sangre asquerosa de sidosos y sifiíticos, intoxicarme la vida con lo más horrible de este mundo tan horrible hasta acabar con mi último poco de cristal que reluce y ser como las ratas la pesque infecte al mundo con mi poesía así de tóxica, siempre.
Danzaré alegre sobre el vómito de sus corazones y el de sus padres e hijos, alegre en mi decadencia embarrado de la porquería de toda una historia humana asquerosa. 
Hoy me acostaré feliz sobre los gritos de los corazones que mueren pisoteados y se ahogan en su vómito universal de todos esos hombres destrozados que mueren desmembrados en todas las esquinas de esta PUTA CIUDAD.
Hoy me regocijo en el dolor de los creyentes y en la sangre de los pacientes que mueren goteando su dolor así, poquito a poquito en la tribulación de su triste y gonorréica realidad.
Vomitaré mis letanías sobre los padres de los padres y sobre Dios y los ángeles. Suplicando verdad en mis ojos arenosos que no soportan un día más de realidad intransigente.
Danzaré feliz sobre la porquería humana destrozando del amor las sonrisas a pisotones despiadados y destruiré del mundo los cristales de las vitrinas que protegen a tantos maniquíes deshuesados que se esconden detrás de sus miradas auto indulgentes. MIS BOLAS A LA AUTO INDULGENCIA.
¡CERDOS! Mil millones de cuerpos inhertes de cerdos sangrantes lluevan sobre mi porvenir.
¡ODIO! a la raza humana entera.
Hoy danzaré sobre sus nombres, imaginando sus rostros asquerosos mientras vomito incesantemente sobre TODOS USTEDES inclemente y descontrolado.

Hoy voy a perder el control, nena.



ESTEBAN YÉPEZ PASQUEL


pd: Un pequeño poema tóxico que escribí para el cumpleaños de mi mejor amigo Pedro Matías Paez. Haced esto en conmemoración suya.

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